Los beneficios del agua son bien conocidos, sus propiedades purificadoras, las que te ayudan a mantener la línea, entre otros, pero poca información conocemos de los efectos que tiene el bajo consumo del elemento vital.
Cuando en efecto no tomamos suficiente agua, comenzamos a sentir un conjunto de malestares, entre los cuales se cuentan el dolor de cabeza, fatiga, cambios de humor, calambres y dolores musculares.
Todos estos síntomas son la señal que entrega el cuerpo para demostrar que requiere más líquido, por lo tanto, que se está enfrentando un principio de deshidratación.
Si esta situación de escases no se supera los problemas empeoran y se sufrirían adormecimiento de las extremidades, alteraciones a la vista, dificultades para tragar y delirios.
Todo lo anterior hace referencia a cuando en un en un momento determinado no se pudo acceder al agua. Sin embargo, también hay que tener en consideración que habrá muchas dificultades cuando se presente una deshidratación crónica, es decir, que exista una costumbre de beber menos de tres vasos diarios.
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